Querida familia de Holy Spirit:
Les saludo en Jesús y María Santísima. Cumpliendo mi misión de párroco y guía espiritual de
todos ustedes les escribo con la intención de clarificar y profundizar sobre algunos
acontecimientos que han traído perturbación y confusión a nuestros corazones. Me refiero a
las fiestas de Halloween. Sin duda alguna nuestra postura cristiana es una sólida y muy
diáfana:
- Halloween no es una fiesta cristiana. ¿El 31 de octubre qué tiene que ver? Nada.
- Halloween tiene una connotación oscura: brujas, monstrous diablos, seres oscuros.
¿Qué bien tiene traer estos seres oscuros a la calle, a la familia o vestir a nuestros
niños inocentes de estos seres? Ninguno. El mal existe y el malvado existe y quiere
apoderarse de nuestras almas y mucho más de almas puras y nobles como la de
nuestros niños. - Junto con el mundo de la oscuridad hay otro mundo oscuro que muchas veces pasa
desapercibido: no lo reconocemos – EL CONSUMISMO. Somos nosotros las víctimas
de este mundo oscuro. Nos mueve y nos motiva a hacer compras de dulces, disfraces y
toda clase de decoraciones. Caemos fácilmente en la trampa y táctica de un
consumismo exacerbado. En vez de ahorrar, usar nuestro dinero para cosas más útiles
para la familias: educación, salud y necesidades básicas.
Es por estas razones que celebrar Halloween a estilo del mundo / sociedad de hoy (cultura de
muerte) queda lejos, muy lejos de la voluntad de Dios para nuestras vidas.
San Pablo nos lo recuerda en la carta a los Corintios:
“Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y
no quiero que ustedes se hagan partícipes con los demonios”. No podéis beber la copa
del Señor, y la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor, y de
la mesa de los demonios.
¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. (1
Corintios 10:20-23)
Ante esta realidad podemos como cristianos presentar un proceso de aprendizaje y
evangelización. Sacar el tiempo para orientar a nuestros niños sobre la importancia de no caer
en la trampa de esta celebración. Podemos ser creativos y poder celebrar el verdadero sentido
de la víspera de todos Los Santos. En mis experiencias pasadas en colegios y parroquia
promovía la celebración de Holywins (la santidad vence)! Invitaba a los catequistas y niños a
divertirse sanamente y poder conocer los diferentes Santos de la Iglesia. Muchos niños venían
vestidos de Santos y aprendían su historias. Además exhortaba a las familias de la parroquia a
que prepararan bolsitas con rosarios y estampita de a Santos y cuando tocaran a la puerta
pudieran entregar las mismas. Hemos de ser creativos y combatir estas realidades humanas
(cultura de muerte) con fe, cariño, amor y caridad. Usemos estos acontecimientos de nuestro
mundo como momentos de evangelización y conversión. Le he pedido a nuestro programa de
catequesis que revise esta celebración como momento catequético para nuestros niños.
Espero a su vez que los padres – primeros de educadores y transmisores de la fe pueden leer y
profundizar de este tema con sus hijos. Le pido a toda la comunidad que oremos para que el
Príncipe de La Paz reine en nuestros corazones y podamos apartar todo aquello que destruye
y/o opaca el Reino de Dios.
Que nuestra Madre María – Madre de todos los sacerdotes – nos ampare y proteja con su
santísimo manto maternal, bajo su amparo e intercesión cobije a todas nuestras familias.
En sus oraciones quedó,
Padre David Vargas
Versión para imprimir presione aquí